viernes, 11 de diciembre de 2015

Trenes perdidos

He visto pasar muchos trenes ya. Quizá demasiados. Mas sigo esperando el mío. Sigo esperando aquel destinado especialmente a mi. Aquel que me lleve a otro lugar, a mi lugar, a mi hogar, pues sé que incluso yo debo tener uno. Pero no llega, nunca llega. Y comienzo a impacientarme. Ya no se siquiera qué espero exactamente. Solo se que nunca llega.
Los demás están de paso por la estación, ven el tren llegar y lo cogen sin dudar. Yo, en cambio, me quedo aquí, en pie, varada, viendo la gente llegar y marcharse. Cada año, cada día. Cientos de personas pasan por mi lado, con prisas, como pasa el tiempo. Y se me escapa. Como dejo los trenes pasar. Como los trenes escapan. Uno, dos, cientos.
Como si tuviera todo el tiempo del mundo, como si la eternidad me perteneciera.
Pero no es así.
Y temo que ese tren no llegue jamás, y que esta espera desesperanzada sea inútil.
O que mi tren ya haya pasado y yo, terca, exigente y vanidosa, lo haya dejado ir sin darme cuenta de que era el mío, creyendo merecer algo mejor, esperando algo que probablemente no exista.
No haber reunido el valor suficiente para cogerlo, para enfrentarme a mi destino.
Haber tenido tanto miedo a equivocarme.

Sí, veo trenes pasar, trenes que vienen y se van pero no vuelven. Trenes perdidos, todos ellos.
Y cada vez pasan menos. Y temo el día en que no pasen más trenes ya, o que llegue el último y yo no sepa que lo es.
Que no lo vea. Que el miedo me paralice. Que las dudas me distraigan.
Y perderlo.

Cerrar los ojos, ausentarme un momento y ya sea demasiado tarde.

O no tener fuerzas en los brazos para subirme a él, y perderlo. Y no tener fuerzas en las piernas para correr tras él, y perderlo. Y no tener voz para gritar “¡paren!”.
Y perderlo.

Porque esperar agota, y yo ya estoy exhausta. Estar siempre alerta, en pie, sin descansar un instante. Me falla la vista, me tiemblan las piernas. El tiempo pasa y con él se me van las fuerzas. Ya no soy ágil, y rápida. Ni fuerte.

Porque esperar cansa y ya estoy muy cansada.

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