miércoles, 14 de octubre de 2015

El beso del dementor

Los dementores existen. Y no lo digo porque haya perdido la cabeza (aunque es bastante probable): lo digo porque lo sé, y lo sé porque los he visto con mis propios ojos; lo sé  porque los he sentido, he sentido el terrible y penetrante frío, que cual ave de mal agüero, anuncia su temida presencia.



No te confundas, no hablo de esos extraños y macabros seres fantásticos, encapuchados sin rostro, de manos putrefactas, respiración ruidosa y aliento corrompido, vigilantes de prisiones y motivo de terror entre los habitantes de un mundo mágico de  libros: hablo de dementores reales, de personas aparentemente normales, como tú y como yo, de aspecto común y vidas corrientes, de cuerpos humanos con manos humanas y rostros humanos; que caminan, que hablan como humanos?pero en su interior son tan putrefactos como el aliento de aquellos dementores de libro, tan podridos como sus manos viscosas; personas oscuras, sin alma, que al igual que los otros, se alimentan de la felicidad, de la alegría de los demás; dementores reales que con una mirada, palabra o incluso un beso, absorben toda paz, toda esperanza?dementores reales que si se acercan demasiado roban hasta el último sentimiento positivo, hasta el último recuerdo dichoso de su víctima, dejándola vacía, que se limita a existir a partir de ese instante.



La gran diferencia entre los primeros y los segundos, es, para nuestra desgracia, que contra estos últimos no hay defensa posible, no puedes sacar tu varita e invocar un patronus; no hay encantamiento o hechizo capaz de acabar con ellos, ni siquiera de repelerlos.


Así que si alguna vez comienzas a sentir ese frio penetrante que hiela las entrañas, si tienes la mala fortuna de encontrarte con uno de estos seres y eres capaz de reconocerlo a tiempo, huye.
Es lo único que puedes hacer para tratar de salvarte. Corre rápido. Y lejos.



Es ligeramente posible que no te alcance.

1 comentario:

  1. Muy buen poema, no se si te paso o es inventado, pero hay gente que habla de esto, y te falto decir, " Veo en sus ojos el universo mismo, ya que en ese profundo negro me enseña el vacío y el frío" antes de contactar te enseñan el Universo en los ojos. Saludos y muy bueno.

    ResponderEliminar